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miércoles, 7 de enero de 2009

The Young Person’s Guide to the Orchestra Op.34, de Britten

Anotación original en Enchufa2.

Últimamente os tengo un poco abandonados, lo sé, pero entendedme: los días 5 y 6 han sido todas mis vacaciones. Vuelvo con ganas; sirva este post de aperitivo.

Ya sé que hoy no es domingo, pero me apetecía colgar una de las obras que he interpretado con la EGO los días 2, 3 y 4 en Vitoria, Bilbao y San Sebastián respectivamente. Por cierto, el concierto del domingo en el Kursaal fue espectacular: qué auditorio, qué acústica... impresionante. Salimos especialmente motivados y el público lo notó.

Vamos ya con la obra. Se trata de The Young Person's Guide to the Orchestra, o lo que viene siendo «guía de la orquesta para jóvenes» --- ¡vaya!, según cómo se traduce queda un poco confuso---. Es una obra del compositor, director, pianista y violista británico Benjamin Britten que data del año 1946. Fue un encargo del gobierno británico para acompañar una película educativa con narrador cuyo propósito era el que indica el título: servir como una especie de presentación de la orquesta sinfónica para los más jóvenes. La obra consta de tema ---tomado de Abdelazar, de Henry Purcell---, variaciones y fuga final.

El Tema A en la tonalidad principal es presentado por toda la orquesta al comienzo en un forte generoso. Después, la sección de viento madera presenta su propia versión del tema con el Tema B. Lo mismo hace el metal con el Tema C, las cuerdas con el Tema D y la percusión con el Tema E. Finalmente, el Tema F es idéntico al A, esta vez en fortíssimo.

Llegados a este punto, comienzan las variaciones. Cada instrumento de la orquesta tiene la suya propia para demostrar sus cualidades. En este orden, se suceden flautas, oboes, clarinetes, fagotes, violines, violas, violoncellos, contrabajos, arpa, trompas, trompetas, trombones junto con tuba, y percusión. Todas las variaciones son de una gran calidad, ya que utiliza una escritura muy propia de cada instrumento que permite el lucimiento del mismo. A mí las que más me gustan son la de los oboes, los clarinetes (por supuesto), los violines, los contrabajos, las trompetas y los trombones.

La obra termina con una gran fuga final que se va embarullando poco a poco con la entrada paulatina de todos los instrumentos en el mismo orden que en las variaciones. Cuando todos los instrumentos han hecho su correspondiente entrada, los metales retoman el tema principal en compás binario mientras la cuerda y la madera siguen con la fuga en compás ternario, para acabar encontrándose en un final apoteósico.

Que lo disfrutéis. Os dejo con la Orquesta Sinfónica de Londres, bajo la dirección de Michael Tilson Thomas.

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1 comentario:

Eugenio Manuel dijo...

No conocía para nada esta obra, ya tengo otra entre mis favoritas.